EL LIBRO DE SICILIA




La madrugada del 15 de enero de 1968, el valle del Belice, en Sicilia, sufrió un terremoto que dejó más de 500 muertos y los pueblos de todo el valle fueron destruidos.

El Belice era una de las zonas más pobres de Italia y ya antes del terremoto hubo fuertes protestas en la zona. El terremoto no cambió esta situación, y el 15 de enero de 1970 se convocó una vigilia ante las ruinas del pueblo de Gibellina donde estuvieron presentes algunos de los más importantes escritores y artistas italianos, y que fue el comienzo de una nueva etapa. Después de años viviendo en barracas el pueblo se reconstruyó a quince kilómetros de su lugar original. La pieza se vertebra en tres ejes, la voz de Nicolò Stabile, superviviente del terremoto y habitante de Gibellina Nuova, la vida del senatore Ludovico Corrao (alcalde del pueblo de Gibellina entre 1970 y 1994) y las ruinas del viejo pueblo, ahora convertidas en el Cretto di Burri, una de las piezas de Land Art más importantes del mundo, y al mismo un memorial sobre la historia del valle.

Nuova Gibellina fue la sede de uno de los festivales de teatro más importantes de los años 90. Nicolò aprendió allí el oficio y después vivió muchos años en Bruselas y Roma trabajando como productor y programador. En el 2010 decidió volver y ocuparse de su pueblo, del Cretto y de su isla. A través del relato de su vida nos preguntamos ¿Qué significa hoy hacer memoria, reconstruirse o renacer? ¿Cómo nos define la geografía donde vivimos? ¿Qué puede hoy el teatro? ¿Qué puede hoy el Mediterráneo? Sicilia es la metáfora del sur de Europa, de una grieta invisible, de un territorio intermedio, de una forma de vida que no acaba de encajar porque quizá no quiere hacerlo. Esta isla fue la puerta de entrada de muy diferentes ideas y civilizaciones. Isla muchas veces hospitalaria pero desconfiada, en el centro del mar pero en los márgenes de todo. Si una idea de Europa existe todavía, quizá tenga que empezar por Sicilia.





Querido Nicolò,

He estado viajando por Sicilia durante años, casi siempre solo, tomando notas, escribiendo, mirando, pensando, corrigiendo. Cuando llegué esta vez a Sicilia, el 12 de marzo, el Etna estaba en erupción. Fuimos hasta las faldas del volcán para sentir la tierra, pero era un día de lluvia y niebla y no conseguimos ver mucho. Un amigo de Catania nos dijo que en esos días las personas estaban nerviosas y que la actividad del volcán se sentía completamente en el día a día, en las caras y en los cuerpos.  Eso es lo que siento en Sicilia desde siempre. La isla vive todavía en esa idea del tiempo, atendiendo al sol y a las horas del día, dentro y fuera del sistema.

Tú me has hecho llegar el sentido de la tragedia como otros te lo hicieron llegar a ti. Yo he encontrado aquí la fábula, los sueños y la resistencia a la muerte. En esta obra, vamos a hablar de cosas de las que nadie habla ya. Vamos a hablar del destino de un pueblo, de la herencia del 68, del sentido de la tragedia hoy, de los teatros griegos donde nació este oficio. Gibellina alberga todas las contradicciones, toda la fascinación y la alucinación, la belleza y el espanto, el esplendor y la ruina. Ludovico Corrao escribió un texto titulado La reconstrucción es una metáfora infinita y esa frase guía este trabajo y todo el proceso que hemos hecho hasta llegar a Madrid. Algunas personas dicen que Corrao, el día que presentó el proyecto del nuevo pueblo, explicó que esa noche había tenido un sueño, una visión, y que había visto fuegos encendidos en el viejo lugar de Salinella, donde finalmente fue reconstruido el pueblo. Esta noche las luces del pueblo están apagadas y hay un Siroco salvaje que parece enloquecer a las personas y a los perros. Siento que todo encierra un significado oculto que no se puede comprender si no se vive aquí. El proyecto de este pueblo, como el de Sicilia, como el de Europa, es un sueño difícil de creer, pero ¿por qué no creérselo un poco más?

Pablo Fidalgo

EQUIPO

Texto y dirección
Pablo Fidalgo
Dramaturgista
Lázaro Rodríguez
Performers
Cecilia Arena, Lautaro Reyes y Nicolò Stabile
Escenografía y vestuario
Cecilia Molano
Iluminación
Paloma Parra
Espacio sonoro y música
F.M. Fortuna
Colaboración artística
Amalia Area
Ayudante de dirección
Matteo Binci
Ayudante de escenografía y vestuario
Almudena Bautista
Profesora de castellano
Nuria Heras
Alumna en prácticas (UAM)
Carla Cabané
Fotografía
Luz Soria
Producción
Centro Dramático Nacional
Colabora
Istituto Italiano di Cultura

AGRADECIMIENTOS

Fulvia Carnevale, Roberto Giambrone, Giacomo di Girolamo, Simona Malato, Andrea Masu, Ángela Millano, Pietro Parisi, Clara Salvo y Pamela Villoresi.