Por Jose Antonio Llera
Desde La educación física (2010) hasta los libros más recientes, la poesía de Pablo Fidalgo ha transitado por caminos donde lo individual se funde con lo colectivo, donde lo íntimo se revela político y lo político una forma desde donde leer la intimidad. Vivir sin nada presenta algunas novedades formales que comentaré después, pero creo que la visión del mundo no ofrece muchas variaciones. En cualquier caso, me apresuro a decir que la elección de la forma —ahora más despojada y concisa en la parte central— no es arbitraria, sino que matiza los contenidos, como la sombra marca el devenir de un cuerpo o el calor es indicio seguro del fuego. LEER MÁS
Por Íñigo Domínguez Gabiña
La obra se estrenó en junio de 2022, un año después de aquel reportaje y de nuestra conversación, y en ella Pablo desenredó paciente, meditadamente, los hilos del dolor, gruesos o sutiles, para que se pudieran desplegar ante nosotros. Esa madeja estaba dentro de él, pero también en la de todos los que pasaron por ese colegio, en el corazón de la ciudad. Basta una persona que recuerde, que empiece a hablar, como el protagonista de la obra, vestido con el chándal de maristas, aún instalado en aquel patio, en aquellas aulas, para que todo caiga roto a su alrededor. LEER MÁS
Por Martín López-Vega
De entre todos los poetas españoles nacidos en los años 80 del pasado siglo, Pablo Fidalgo (Vigo, 1984) es no ya uno de los más destacados, sino uno del que podemos decir sin ninguna duda que quedará.
La primera razón para que estemos tan seguros de ello tiene que ver con la necesidad. Normalmente, los poetas que uno considera necesarios lo han sido antes para sí mismos que para los lectores. Es decir: cada poema suyo responde a la necesidad de contestar a una pregunta planteada por la vida, de subir un escalón vital. LEER MÁS.
Por Martín Rodríguez-Gaona
Pablo Fidalgo Lareo concibe la poesía como un proceso, como un proyecto que no se reduce sólo al libro, sino que fundamentalmente plantea algo para experimentar y compartir. De allí la predilección por el trabajo comunal y la decisiva reivindicación de la oralidad, incluso como propuesta política. Este es el sustrato de su trabajo con lo performativo que, en su caso, a diferencia de la mayoría los poetas jóvenes contemporáneos, que busca su audiencia en las redes sociales, no es meramente lírico narcisista o efímero. LEER MÁS.
Por Rafael-José Díaz
Sin que sepamos cómo, nos vemos de pronto recitando un poema, susurrando luego otro, incluso moviendo los labios sin emitir sonidos, o hablando sin abrirlos, los labios, como si nos dijéramos el poema desde dentro. En cualquier caso, hay un movimiento, pautas de dicción, lazos invisibles entre las palabras escritas y la voz que las pronuncia. No siempre ocurre esto cuando se lee poesía. Hay poemas que preferimos no escuchar; que, incluso, quisiéramos no haber leído o que no hubieran sido escritos nunca. Los de Pablo Fidalgo Lareo, no: pasan por dentro de nosotros y arrastran a su paso mucho derrubio, residuos de otras épocas, vivencias convertidas en costras, tachaduras que una vez fueron intimidad, conversación, entendimiento. Hay en su poesía un imperioso deseo de articulación: nace pronunciada, desgajada como sonido de un silencio que la abrazó durante demasiado tiempo. Su pronunciación es su ser: mientras se habla, mientras se escucha, vivimos en un mundo mejor, no estamos recluidos, evidenciamos nuestra persona y nuestro pacto con la vida, somos libres mientras podamos escucharnos hablar LEER MÁS
Por Álvaro Valverde
Lo primero que leí de Pablo Fidalgo fue su tercer libro, Mis padres: Romeo y Julieta. Me sorprendió, disfruté con su lectura y me atreví a reseñarlo en un suplemento literario de esos que llaman de referencia, aunque éste quizá l tenga ya muy perdida. Allí dije que no dejaba de ser «el relato de una vida desde antes incluso de nacer: “Fui creado en un hotel, en un viaje, / y eso lo marcó todo”. De su vida y, conviene precisar, de la de sus padres, auténtico protagonistas de esta apasionante, imposible historia de amor que da lugar, y ven, a un gran poema de amor». Llegó después Autobiografía de mi generación unido a un proyecto del ciclo Material Memoria perteneciente a la exposición Veraneantes que tuvo lugar en el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (MARCO), entidad que lo editó en forma de libro. Incluye O estado salvaxe. LEER MÁS
Por Francisco Otero
El ciclo a estudio aborda una re-escritura de la historia reciente de España, a través de la propia historia familiar, generando relato social en su poesía escénica. Podemos estimarlo en cuanto ejercicio memorístico que atraviesa presente y pasado para adelantar posibles vías futuras, pero sobre todo es un proyecto escénico sobre los límites de la literatura, la performance y el teatro, y una reflexión sobre cómo utilizar a favor los recursos artísticos de cada género. Estudiamos sobre su puesta en escena la elaboración de este testimonio autobiográfico, desde el uso de la voz coral y la confrontación del espectador sin cuarta pared, hasta la lectura epistolar y la interpretación privilegiada. LEER MÁS
Por Luigi Amara
Como cartas secretas deslizadas bajo la puerta, pero también como piezas de teatro íntimas en las que el autor recrea un pasado inmediato marcado por la falta y la carencia, los poemas de Vivir sin nada se dirigen siempre a un interlocutor: a un “tú” o a un “vosotros” implícitos, y más tarde, a medida que el poeta se va quedando solo en la habitación de la página, a su propio cuerpo o a sí mismo. A la par que ese tono evocativo se despliega como un monólogo de la inquietud, cada poema dibuja el escenario en que el lector asistirá en cuanto espectador —pero también en cuanto cómplice— a estas remembranzas reflexivas enunciadas como confidencias poéticas en torno a la adicción y los apetitos no saciados. LEER MÁS
Por Luisa Pardo
Nos conocimos y nuestra era la furia y la ternura, estábamos abriendo el cascaron, nos conocimos en el teatro. De alguna manera empezábamos a vivir. Teníamos ese miedo que te da el coraje y te abre el camino y eso no es cualquier cosa. Queríamos tomar el escenario con cuerpos dispuestos y torpes que aún no estaban listos, porque no entendían nada. Su virtud era en parte esa ignorancia. Evidentemente éramos mucho más jóvenes. Hoy podemos decir que vivimos y estamos entendiendo algo que en ese entonces sólo detestábamos. LEER MÁS
Por Pedro G. Romero
Aquellos actores del Burgtheater, inmediatamente después de levantarse el telón, como pude ver desde mi asiento en el gallinero, como la obra no llegaba al público enseguida, como suele decirse, se pusieron en contra de mí y de mi obra y por consiguiente actuaron inmediatamente en contra de mí y de mi obra, interpretando mal todo el primer acto de una forma tan burda como si hubieran sido obligados, por decirlo así, por la administración a interpretar mi Partida de caza, y como si quisieran decir: la verdad es que estamos en contra de esta pieza horrible, mediocre y repulsiva, aunque no la dirección, que nos ha obligado a aparecer en esta obra. LEER MÁS
Por Olga Novo
Nací en movimiento, en un SIMCA 1200 azul celeste. Soy de Vilarmao, una aldea lucense que no sale en los mapas. Vengo de una familia campesina humilde. Mis hermanos y yo fuimos los primeros en tener estudios y acceso al Saber, procediendo de otros saberes, y conocer la Historia viniendo sólo de la intrahistoria. Desde ahí hablo.Desde niña viví fascinada por la música. Mi madre, recitaba de memoria los textos aprendidos en aquella escuela de aldea, inscritos en las enciclopedias franquistas que yo ya no había conocido; y así yo sólo percibía la música de la voz de mi madre contándome casi cantándome margarita está linda la mar… Y yo me quedaba con los ojos pasmados ante la imagen preciosista de aquel rey que tenía un rebaño de elefantes, una tienda de diamantes y un gran manto de tisú...LEER MÁS
Por Martín Rodríguez-Gaona
Tres poemas dramáticos de Pablo Fidalgo Lareo es una obra importante por el momento en el que se publica y por sus propios méritos formales. Constituida por la recopilación de El estado salvaje. España, 1939, Habrás de ir a la guerra que empieza hoy y Solo hay una vida y en ella quiero tener tiempo de construirme destruirme, el conjunto brinda la prueba de que una época de silencio autocensura ha concluido en la poesía española. El autor poetiza y de representación escénica a una tajante instrospección sobre la memoria de la España contemporánea, repasando hechos en absoluto desconocidos y que, sin embargo, pocos habían explorado con tanta radicalidad y contundencia. LEER MÁS
Por Eduardo Pérez-Rasilla
La presente edición incluye tres textos dramáticos (poemas, piezas…) escritos por Pablo Fidalgo: O Estado salvaxe. Espanha 1939; Habrás de ir a la guerra que empieza hoy y Solo hay una vida y en ella quiero tener tiempo de construirme y destruirme. En su momento tuve la ocasión -lo fortuna, más bien- de escribir unas palabras sobre el primero de los textos citados, que conoce ya una publicación
autónoma y una respetable trayectoria en los escenarios, sin que este término reduzca aquí el espacio de mostración del trabajo a los teatros convencionales. Sin embargo, parece pertinente agrupar ahora estos tres textos en u volumen. Bien podrían constituir los tres actos de una única obra dramática. La libertad de su escritura se extiende a su forma de composición y al criterio que las vertebra. LEER MÁS
Por Harkaitz Cano
Mis padres: Romeo y Julieta es, además de un libro vigoroso lleno de fibra, de pensamiento, de lucidez y de audacia, un diario lírico de gran potencia catártica, un ejercicio de reconstrucción y una lucha. Una reconstrucción (o reescritura) de la propia biografía y de un entorno familiar problemático, y una lucha contra las expectativas, las convenciones y la pulsión autodestructiva dictada por un ADN trágico que te lleva a saber cosas que preferirías no saber. Se desprende de los versos un anhelo por regresar al hogar –que es más un estado mental que un hogar– y un intento de volver a un lugar más profundo incluso que la propia casa. Un deseo de explorar el momento epifánico o seminal. LEER MÁS